Deberíamos vivir dos veces,
y quizás mil veces más,
y mismo así, no sentiríamos,
cómo la vida se nos va.
En la escuela de la vida,
queremos ser los mejores,
y a morir es lo que se aprende,
a fuerza de muchos errores.
Muerte, querida muerte,
toda la vida te esperé,
y ahora que pegas a mi puerta,
la vida tampoco quiero perder.
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