Anoche hablé con la Luna,
Y de sus incontables travesuras,
de sus idilios de amor con el Sol,
Y cómo se han amado los dos.
Me contó toda su larga vida,
con algunas de sus aventuras,
de su amor imposible con el Sol,
astro intransigente y abrazador.
No hay amor sin sacrificios,
sacrificios que no sangre el corazón,
lo más quemado en nuestro cuerpo,
corazón como una piedra de carbón.
El éxito de un gran amor,
no depende de una perfecta unión,
sino de dos amores imposibles que,
luchan por encontrarse los dos.
Eterna separación, eterno amor.
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