Naciste a media noche,
en un pesebre de paja,
rodeado de tus padres,
una burra y una vaca.
Los judíos te esperaban,
en ti pusieron su esperanza,
tenias que salvar a tu pueblo,
que los romanos maltrataban.
Parece ser que fue el mismo dios,
que te envió en nuestras vidas,
como si se hubiese dado cuenta,
que éramos como ovejas perdidas.
Creciste sencillamente,
en una humilde familia,
fue para que te dieras cuenta,
de lo difícil que era la vida.
Te hicistes un gran hombre,
dispuesto a ofrecer tu vida,
fue un sacrificio perfecto,
contra una gente podrida.
Nos mostraste el camino,
como buen pastor que eras,
pero pocos te siguieron,
Miles de religiones y sectas,
se han hecho sus ideas,
¿para qué tanto sacrificio?,
si seguimos tan equivocados.
Unos te bendicen,
otros te maldicen,
ya no sabemos qué hacer,
con tantas directrices.
Si tienes un hermano,
por favor que no venga,
seguro que lo matarían,
como a ti te mataron.
Para qué si gran sacrificio,
pagar un precio tan elevado,
si aquí matamos a los profetas,
cuando nos echan una mano.
Ovejas se hicieron pastores,
maltratando al rebaño,
ovejas que sólo obedecen,
con miedos y engaños.
Somos un desgraciado ganado.
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