A LA SOMBRA DE UN OLIVO.

Te encontré por el camino,
a la sombra de un olivo,
y sin pensarlo dos veces,
te dije, vente conmigo.

Tengo que reconocer,
que éramos dos chiquillos,
y nuestra historia de amor,
no tuvo tiempos perdidos.

Hemos vivido para nosotros,
cada uno para el otro,
con lo que la vida nos ha dado,
pero ya ves, aquí estamos.

Le pedimos vida a la vida,
y la vida, vida nos ha dado,
entre tormentas y escampados,
pero sí que hemos llegado.

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