Qué bonito es mi jardín,
con sus flores de mil colores,
con su acequia en la pendiente,
y sus aguas agitadas y relucientes.
Porque los colores de mis flores,
los pinto yo como maestro pintor,
y su acequia dibujo a conveniencia,
en sus llanos, montes y laderas.
Qué bonita es mi mujer, con sus pechos puntiagudos como torres, y sus piernas troncos de árboles fuertes, con su vagina bonita fuente de nacimiento, y yo como guardián de sus cabellos.
Qué hermosos son mis amigos,
amigos que llevo en mi corazón por dentro, que cuando duermo están despiertos, para que en la travesía de mis sueños cómo marinero llegue a buen puerto.
Yo soy el artista de mi obra, mi papel con emoción de amor desempeño, soy protagonista del despertar y mis sueños, y me despierto y sueño cuando quiero,
porque de mi obra soy maestro.
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