No me busques sin saber dónde estoy,
ni me hables sin saber si te puedo oír,
no me lleves flores ni me digas oraciones,
porque donde estoy no las puedo sentir.
Aquí nadie mira el reloj para saber qué hora es, nadie hace planes para saber lo que mañana puede hacer, todo es incierto y cierto al mismo tiempo,
aquí no hay días mejores ni peores, ni nubes con lluvia, ni sombra ni sol, aquí todo se hace sin proyectos ni razones, sin interés ni intenciones, aquí nadie mira el cielo para saber si es tiempo de plantar o de esperar. aquí no hay apego ni desapego, ni un apresurarse o ir despacio, este es el país del tiempo eterno, sin montañas ni agujeros, ni laderas ni lagunas,
aquí hay de todo y al mismo tiempo no hay nada, aquí todo no es nada y nada lo es todo, ni hay cuerpo ni hay alma, ni luz ni sombra, ni reflejo de tu cuerpo en el agua, ni agua que pueda servir como espejo, ni dineros ni tesoros, ni flores ni colores, ni humanos ni animales, ni ricos ni pobres, ni salud ni enfermedades,
aquí todos somos iguales y al mismo tiempo, no somos nada ni nadie, nada que se pueda definir como algo, ni política ni religión, ni gloria ni infierno, ni leyes ni Dios.
Háblame, regálame flores dime que me quieres, bésame y abrázame ahora que lo siento y que lo puedes.
Yo también aprovecho este momento para decirte cuánto te quiero.
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