Si un día te das cuenta de que el sol ya no envía sus rayos, y que la luna te abandona por la noche, que ni las estrellas responden a tu llamada, no quiere decir que no están en su lugar, sino que las densas nubes negras te privan de su presencia.
Igual pasa en tu mente muchas veces, que ni de día ni de noche tienes las cosas claras, tienes la cabeza en la oscuridad, algo te impide ver la salida a los callejones sin luz y crees que son sin salida, recuerda algo.
Tu lucidez nunca te abandonó y que no hay nubes eternas por muy densas y negras que sean, solo son momentos en los cuales estás sometido a pruebas tan terribles que las nubes de tu mente te protegen para que no te haga daño el fuego abrasador de la situación que estás viviendo.
Solo espera pacientemente que el fuego de las pruebas se apacigüe y que las densas nubes negras se aparten.
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