La esperanza es, lo que hace que te levantes cada mañana, aunque los dolores y las decepciones te digan de tirar la toalla, de desesperar y liarme las sábanas en la cabeza y tirarme por la ventana, levantarte aunque no encuentre respuesta cuando te preguntes, ¿Para qué y para quién, te levantas?.
La esperanza es, lo que se pierde justo antes de la muerte, porque sin la esperanza ni vives tú ni dejas vivir a tu gente, porque por fe en tu cuerpo, haces circular en tus venas la sangre, como la florecilla insignificante que lucha en la cima del monte, pese al frío, al viento y a las heladas noches de invierno. Y si eres mujer hacerte bella cada mañana aunque estés rodeada de zarzas y de pencas.
La esperanza es, lo que te ayuda a cerrar los ojos cuando los ojos te duelen por ver lo que ven en los que deberían mostrarme amor, y tener fe de que la próxima vez todo será mejor, que solo fué un mal momento, y que un mal momento cualquiera lo lleva en su cuerpo, ser la flor ‘campanilla de invierno’, capaz de perforar la capa de nieve en busca del rayo de sol que la mañana le promete, creo que eres capaz de perforar con las fuerzas de tus puños, muros y montañas por los seres que en la vida te acompañan.
La esperanza es, lo que te dice que tienes que tener fe en lo que quizás te haya decepcionado tantas y tantas veces, y que por amor continuarás luchando por los tuyos, aunque a veces te preguntes si los tuyos realmente se comportan como tuyos. Tragar el amor propio y el orgullo, y hacerte más pequeño que el más pequeño de entre ellos, aunque los más pequeños se crean bastantes grandes para no tenerte en cuenta y con desprecio ignorarte, porque quizás para ellos ya eres demasiado viejo.
La esperanza es, ver una llama de luz en el corazón de la gente mismo aun en medio de conflictos de guerra, donde los cañones truenan y donde las balas deciden de tu vida. Destruir el odio con el amor, aplastar la mentira con la verdad, enterrar la violencia con la empatía, sembrar flores en la boca negra de los cañones, plantar matas preciosas entre las ortigas, las pencas, y zarzas de algunos corazones encallecidos por sus malas acciones.
La esperanza es, amar a tu semejante como te amas a ti mismo, o quizás antes amarte a ti mismo para poder amar a los demás, darle la mano a tu vecino y desearle para este día buen camino, dar al pobre la moneda sin juzgar lo que haga con ella, ver a los demás con ojos de amor y no de suspicion, barrer la puerta del vecino, despues de haber barrido la nuestra.
La esperanza es, ver el fruto de tus guerras y de tantas batallas perdidas y ganadas, ver con los ojos de tu imaginación el resultado por lo que tanto has sufrido y luchado, recordar todas las veces que te has caído y desplomado y con qué determinación te has levantado, recuerda cómo fuiste fuerte, porque tu única opción era ser fuerte, y que la razón de tus luchas y guerras son siempre las mismas y por eso no abandonas.
La esperanza a veces es, ver y sentir sin ver ni sentir, inventar y ver y sentir un jardín de felicidad sobre un campo árido por el dolor de la traición y las llagas causadas por la maldad, el desprecio y el abandono cuando más necesitabas de ellos, pasar el ungüento que calma el dolor de las heridas por los roces de las espinas, que solo eran palabras dañinas, el dolor del cansancio en el camino, que son el soportar los mismos discursos injuriosos.
La esperanza es, esperar cuando ya no te queda nada que esperar, y mismo así esperarás, esperarás que la vida te devuelva a los que ya se marcharon por los caminos de la eternidad, tener la mente pendiente de algo que te es familiar, un ruido de pasos, un olor, un lugar, algo que te pasa por el cuerpo y sin entenderlo te llena los ojos de lágrimas y fijas con tos ojos cansados la puerta, la ventana, y si tus ojos se fijan es que tu fé y esperanza laten con tu corazón de mútuo acuerdo, y sin preguntas ni juicios pendiente estás de aquél que tiene poder de hacerte esperar.
Creo saber amiga mía, lo que es la esperanza, por ser mi hermana mayor y la que le sigue que se llama ‘fe’, que nunca me dejan y siempre me acompañan, paso a paso por el día, por las noche y la mañana, creo que es el momento de hacer un ramo de pensamientos con los mejores recuerdos, y regarlo con las lágrimas de la desesperación. Querida amiga, riegalo cuanto puedas, deja salir tus lágrimas cargadas de dolor y que todo se una en el florero de lo que fué y seguirá siendo tu amor. La esperanza es, esperar un día mejor, día de resurrección y sobre todo la muerte de la misma muerte.
ESPERANZA.
Esperanza que esperas,
que el viento te traiga,
lo que tanto en tu carne anhelas,
pero yo sé por mi parte, y experiencia,
que la esperanza tan deseada,
y que a fuerza de esperar,
la desesperación sí encuentras.
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